En Febrero de 1982, la ABC cubrió la 5ta Edición del "Ironman" de Hawaii y, casi sin intención, otorgó protagonismo y reconocimiento al entonces emergente deporte del Triatlón, así como a la actitud de toda una generación de triatletas.
Ese verano, las repetidas retransmisiones del dramático final mantuvieron a los tele-espectadores clavados frente a sus televisores. Una pelirroja pecosa, ex-mesera de Carlsbad, California, de nombre Julie Moss, tenía una enorme ventaja saliendo de la segunda transición. Moss, una fuerte nadadora y ciclista, pronto se consiguió así misma perdiendo terreno ante una cada vez más cercana Kathleen McCartney. Cerca del final del maratón, Moss no podía más que caminar y, con la meta a la vista, empezó a tambalearse hasta caer al suelo. Intentó -sin éxito, ponerse de pie y se negó a recibir ayuda externa -que le hubiera descalificado. Finalmente, comenzó a gatear y, muy cerca de la línea final, fue rebasada por McCartney quien se llevó la victoria. Apenas 29 segundos después, Julie Moss cruzó la meta para llegar segunda.
El dramático final de Moss detonó una explosión de interés por el "Ironman". Ese mismo año, una segunda competencia se realizó en Octubre, con 900 participantes, casi el doble de los que participaron hacía apenas 8 meses ese mismo año. Al año siguiente, miles de participantes aplicaron, lo que obligó a los oficiales de la competencia a fijar un cupo máximo de 1500 participantes e implementar el sistema de clasificación y lotería. Desde entonces, la competencia se lleva a cabo en Octubre de cada año.
La cobertura televisiva del final de Moss hizo más que promover el crecimiento del Triatlón. También fijó un estereotipo del triatleta como una mixtura entre loco, “macho” y héroe. Y le dio al triatlón una imagen de “sufritlón”. Esas imágenes iniciales atrayeron al deporte personas que favorecían los entrenamientos extremos –volúmenes contundentes de natación, ciclismo y carrera a pie; o incluso sesiones para desarrollar la tenacidad necesaria para soportar sufrimiento extremo.
Pero los primeros triatletas no estaban realmente locos. Ellos, a decir verdad, tenían mentalmente mucho a su favor. Su más grande atributo mental era una actitud de “si se puede”. Bastaba presentarles un reto, no importaba cuán grande, y ellos sabían que era algo no sólo alcanzable, sino algo en lo que ellos podían sobresalir. La mayoría vino al triatlón con una fuerte trayectoria en una o dos de las disciplinas y pronto dominaron la(s) otra(s) gracias a su tenacidad.
Hoy en día, muchos atletas, en especial los más jóvenes, se forman en el deporte como atletas multideporte, primero y principal. Sus actitudes difieren de las de sus predecesores en el deporte. Por un lado, los nuevos triatletas y duatletas están más dispuestos a escuchar la opinión científica y a prestar atención a las necesidades de sus cuerpos. De lo que a veces carecen, sin embargo, es de la actitud de “rendirse jamás” de los atletas multideporte originales. Mientras que su moderación pudiera aventajarles para lograr el éxito a largo plazo, cierta proporción de motivación implacable se requiere para conquistar grandes retos. La clave está en balancear una actitud determinada con un enfoque claro.
La pieza más importante en el rompecabezas del entrenamiento multideporte es creer en ti mismo y en tu capacidad de triunfar. “Si tú piensas que puedes o piensas que no puedes”, dijo Henry Ford, “estás probablemente en lo cierto”. Nunca cuestiones tu preparación…
Enfoque y actitud van de la mano. Vamos a revisar los elementos claves de esta dupla:
MISIÓN
El que no tengas a tu alrededor personas que te digan que “no se puede”, quizás se deba a que has elegido rodearte de personas que te apoyan y formar tu propia atmósfera positiva, en cuyo caso eres una persona muy sabia y afortunada. Sin embargo, es también posible que dicha falta de “negatividad” a tu alrededor provenga de tu constante elección de vivir confortablemente dentro de tus límites, sin abordar nunca retos mayores. ¿Cuál de ellas es cierta?
¿Qué es lo que quieres obtener en el Triatlón? ¿Lo sabes? ¿Puedes resumirlo en pocas palabras? ¿Puedes escribirlo de una manera que proporcione motivación y dirección a tu entrenamiento? ¿Estás convencido(a) de que es posible? Si respondiste positivamente a todo, eres una especie rara de atleta. Desafortunadamente, la mayoría tiene sólo una vaga idea de lo que hacen en el deporte y de por qué entrenan de cierta manera. Frecuentemente aparece un deseo nublado de querer “mejorar” y rara vez se hace algo para definir y enrumbar esos deseos.
La mayoría de nosotros va por la vida sin exponerse a sus límites y viviendo sólo de deseos. Los deseos son importantes; son el comienzo de grandes luchas. Los deseos se convierten en sueños cuando somos capaces de “ver” que se cumplen en nuestras mentes. A su vez, los sueños llegan a ser metas cuando definimos un plan para hacerlos realidad y las metas se convierten en una misión cuando las abordamos con decidido arrojo y claro entusiasmo.
Los grandes retos precisan ser vistos como una misión. Lo que crea la diferencia entre una meta y una misión es la actitud. La pasión es evidente en todas las misiones exitosas. Con la actitud apropiada, casi cualquier cosa es posible. Lo que creas, lo obtendrás!
COMPROMISO
Las palabras se las lleva el viento. Es fácil tener grandes sueños y metas elevadas antes del inicio de la temporada. La verdadera prueba de estar comprometidos hacia la obtención de mejores resultados no está en las palabras, sino en las acciones. El compromiso no comienza con la primera carrera de la temporada; está en todas las pequeñas cosas que haces hoy para hacerte más fuerte, rápido y resistente. El verdadero compromiso involucra los 365 días del año y las 24 horas del día.
Si le preguntáramos a los mejores atletas sobre su nivel de compromiso, descubriríamos lo predominante del papel que el entrenamiento multideporte tiene en sus vidas. Mientras más alto su nivel, más se desenvuelven sus vidas alrededor de su entrenamiento.
Llegar a competir a tu máximo potencial no es posible con una actitud "on-off". Es preciso comprometerse a tiempo completo –apasionarse! Alcanzar el pináculo del deporte involucra dormir, despertar, entrenar y comer triatlón, todos los días. Literalmente.
Comer genera las reservas para enfrentar el entrenamiento y acelera la recuperación, reponiendo los niveles de energía y nutrientes consumidos. Dormir y entrenar, por su parte, tienen un efecto sinérgico sobre tu condición física. Ambos pueden promover la liberación de hormona de crecimiento de la glándula pituitaria. La hormona de crecimiento acelera la recuperación, repara las fibras musculares y moviliza la grasa corporal. Entrenando dos veces y tomando una siesta al día, un atleta obtiene cuatro disparos de hormona de crecimiento al día, obteniendo una mejor condición con mayor prontitud.
Ciertamente, una mejor condición es lo que todos perseguimos. Es el producto de tres ingredientes básicos: stress, comida y descanso. Sin embargo, este nivel de compromiso muy probablemente no pueda ser para nosotros. De hecho, llega un punto en el que debemos enfrentar lo que “queremos hacer” con lo que “debemos hacer”. No puedes abandonar tu trabajo, familia y otras responsabilidades. Incluso los atletas profesionales deben tomar en consideración otros aspectos de la vida. Siendo realistas, existen límites para la pasión; si no fuera así, nos alienaríamos de todo aquel que no fuera tan entusiasta como nosotros…
¿Qué puedes hacer entonces para mejorar tu condición y desempeño en competencias, dadas las obvias restricciones para entrenar? Algunos pequeños cambios en nuestros estilos de vida son ciertamente posibles y sirven de mucho para mejorar nuestra condición. Balancear el entrenamiento con las obligaciones diarias es una tarea difícil, pero comprometernos a hacer un 10% más por nosotros mismos no requiere de mucho y trae consigo cuantiosos beneficios. Estoy hablando, por ejemplo, de comprometerse a irse a la cama 30 minutos más temprano cada noche con la finalidad de estar más descansado al día siguiente. O de recortar en 10% la comida chatarra que consumamos, para reemplazarla por comida más completa y nutritiva. Lo que llevamos a nuestras bocas es lo que nuestro organismo utilizará para recomponer cada célula de nosotros en un lapso de seis meses. Entonces ¿Quieres tus músculos fabricados de jugos pasteurizados, refrescos o dulces de panadería? ¿O los quieres hechos de frutas, vegetales o carnes magras? ¿Qué cambios puedes hacer?
FORTALEZA MENTAL
¿Por qué nos referimos con frecuencia a Muhammad Ali, Tiger Woods o Michael Jordan como los más grandes de la historia en sus respectivas disciplinas? ¿Sus proezas tuvieron lugar gracias al talento y al sentido de oportunidad? ¿O a su condicionamiento y a las decisiones que tomaron? ¿Estaban destinados a triunfar?
Éstas son preguntas difíciles de responder pues no es sencillo separar "producto de talento" y "producto de trabajo duro". Pero un aspecto en común podemos ver en cada uno de estos atletas ejemplares: su dedicación a la excelencia.
Luego de que Tiger Woods conquistara el Masters de la PGA en 1997 con un record de 12 golpes sobre el 2do Lugar, se dedicó a mejorar su swing para hacerse incluso aún mejor. Después de que ganó consecutivamente los cuatro “Majors” de la PGA, hasta ahora el único en lograrlo, volvió nuevamente a trabajar en su swing, en sus “debilidades”.
Aparentemente el trabajo duro ha sido un componente esencial en el triunfo de estos atletas. Pero ¿fue la razón principal de sus éxitos? Investigaciones en la materia así lo indican, señalando que toma 10 años de trabajo concentrado en una disciplina alcanzar el umbral de grandeza, siendo esto cierto para los casos de Ali, Woods y Jordan.
Los atletas mejoran fisiológicamente sólo durante unos 7 años, mas continúan mejorando su desempeño competitivo haciendo uso de su experiencia, de su conocimiento sobre lo que realmente importa en los entrenamientos, competencias y estilo de vida. Esta cronología permanece cierta sin importar la edad a la que un determinado atleta haya empezado a entrenar y competir.
La clave detrás de todo este trabajo duro es más de índole mental que física. La fortaleza mental, como la de los atletas en los primeros días del deporte, es lo que genera desempeños de alto nivel una vez que los atletas han alcanzado su madurez fisiológica. ¿Qué compone la fortaleza mental?
Existen Cuatro Cualidades que dictaminan que un atleta pueda desempeñarse a su más alto nivel:
DESEO DE TRIUNFAR:
¿Puedes entrenar solo, o necesitas que alguien más te motive a completar sesiones de entrenamiento fuertes? ¿Encuentras la manera de entrenar a pesar de condiciones ambientales adversas como lluvia, calor extremo, fuertes vientos, oscuridad, etc?
Los atletas que entrenan regularmente solos tienden a exhibir mayor fortaleza mental y un marcado deseo de triunfar. Lo mismo sucede con los que son capaces de entrenar bajo la lluvia o el intenso calor, encontrando regularmente la manera de entrenar a pesar de las condiciones ambientales, la complicada agenda, los compromisos familiares, etc.
DISCIPLINA:
¿Adaptas tu entrenamiento y estilo de vida a tus metas? ¿Cuán importante son para ti la nutrición, el descanso, la periodización, las metas, las destrezas, el fortalecimiento, la actitud y la salud? ¿Tu familia y amigos te apoyan en tus propósitos?
El entrenamiento, la dieta y el descanso deben ser una constante en el día a día de un atleta. Cuando ese atleta está rodeado de una buena red de apoyo, es mucho más probable que sea constante en la persecución de sus metas.
CREER EN SI MISMO:
¿Te aproximas a las competencias con un Plan para el Éxito? ¿Realmente crees que puedes triunfar a pesar de que las condiciones externas no te favorezcan? ¿Cuando se trata de competir, piensas más en las variables que puedes controlar o en las que no puedes controlar? ¿Aceptas los tropiezos ocasionales como pasos necesarios en el camino al éxito, o como señales de que no eres capaz? ¿Crees que puedes, o te preguntas si puedes?
Atletas talentosos, que dudan de su propio potencial, suelen ser derrotados por atletas físicamente más débiles pero mentalmente más fuertes. Si tu, verdaderamente, no crees que puedes mejorar y ganar, será una tarea difícil para tu entrenador convencerte de lo contrario…
PACIENCIA Y PERSEVERANCIA
¿Planeas estar en ésto por largo tiempo? ¿Necesitas resultados inmediatos, o puedes posponerlos hasta el momento indicado? ¿Alguna vez has perdido entrenamientos por días o incluso semanas, y tratado luego de retomar tu forma rápidamente?
Como fue expuesto arriba, las mejoras en los atletas continúan por 10 años, sin importar la edad a la que se hayan iniciado. Entrenarse para ganar es un compromiso de largo plazo que pudiera enfrentar períodos de aparente poco progreso. Es imprescindible la paciencia para seguir trabajando durante esos periodos, con la confianza de que los resultados se verán después.
Si alguna de estas cualidades mentales está ausente, es improbable que un atleta alcance sus metas deportivas. La fortaleza mental es el componente más notable de auto-condicionamiento dentro de la ecuación del éxito. Algunos atletas parece que hubieran interiorizado estas cualidades desde una temprana edad. Algunos otros no… ¿Qué hace la diferencia? Posiblemente cientos de interacciones aparentemente insignificantes que tuvieron lugar a diario desde el momento del nacimiento y a todo lo largo de los años formativos. Interacciones que no sabemos identificar y mucho menos inculcar…
Sin embargo, no estamos determinados por nuestras experiencias pasadas. En J2Endurance conjuntamos la preparación táctica y mental con el entrenamiento físico y técnico para desarrollar su máximo potencial.
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