Con raras excepciones, los reveses que experimentamos en el entrenamiento son nuestra culpa. Nuestra motivación para sobresalir es superada solo por nuestra incapacidad para escuchar a nuestros cuerpos. El resultado suele ser el sobreentrenamiento, la enfermedad o una lesión.
El sobreentrenamiento
Los atletas que vienen a mi con frecuencia me manifiestan "querer hacer las cosas bien." Cuando me piden que revise sus registros de entrenamiento para ver qué podrÃa estar detrás de un estancamiento o actuación reciente con la que están inconformes, lo que suelo encontrarme es que la persona venÃa descuidando la recuperación y necesitaba unos dÃas de descanso. Rara vez encuentro atletas que estén realmente sobreentrenados. La fatiga generalmente evita que los atletas se conduzcan a sà mismos a un estado de sobreentrenamiento completo. Pero sà encuentro a esos atletas en ocasiones. La causa más común es una incontenible motivación por sobresalir.
Por lo general no es necesario leer el registro de entrenamiento de un atleta completamente sobreentrenado para reconocer el problema. La postura, las ojeras, el tono monótono, y los problemas para dormir y la dificultad para despertarse en las mañanas que reportan, hablan por si solos.
Todo empieza cuando el atleta se salta un par de perÃodos de recuperación ya que viene sintiéndose tan bien que piensa que no los necesita. Además, con las carreras más importantes de la temporada a la vuelta de la esquina, cree que puede hacer más entrenamientos duros si se salta los descansos. Este "Sindrome de Superman" es común cuando la forma fÃsica es alta y, cuando aparece algo de "Kryptonita" que hace que aumente el esfuerzo percibido y baje el rendimiento, intenta entrenar todavÃa más duro que antes para superar la espiral descendente. Eso empeora las cosas y no se revierte la pérdida de aptitud fÃsica sin importar lo que se haga en la sesión de entrenamiento. A estas alturas el atleta ya sospecha que está sobreentrenado y, frustrado, busca ayuda.
Solo hay una cura: descansar.
Es aconsejable tomar un descanso completo del entrenamiento. PodrÃan necesitarse sólo unos dÃas para la recuperación, o podrÃan ser semanas o meses. Luego de un tiempo prudente, cuando haya cesado la fatiga profunda y se haya recuperado el entusiasmo por el entrenamiento y demás actividades en general, se debe realizar una sesión corta y ligera de prueba para verificar la capacidad de trabajo y el correspondiente esfuerzo percibido. Es posible que todavÃa se esté muy lejos de lo que se venÃa haciendo antes de que todo el declive comenzara, pero por lo menos se puede regresar gradualmente a algo aproximado al entrenamiento normal y retomar el camino hacia el rendimiento y la competición.
En ocasiones, los atletas nunca vuelven a ser los mismos después de un episodio de sobreentrenamiento completo. No llegan a entrenar con el volumen y la intensidad que antes les resultaba fácil. Como si algo cambiara irreversiblemente en su fisiologÃa.
Lamentablemente, aún queda mucho por investigar y aprender acerca del sobreentrenamiento. PodrÃa ser que el sobreentrenamiento cause una disfunción hormonal que resulte en alteraciones irreversibles en la función glandular. Simplemente no lo sabemos.
La conclusión es que debes evitar el sobreentrenamiento a toda costa. En solo unas pocas semanas puedes inundar tu cuerpo con hormonas del estrés que pueden tener un efecto debilitante y, lo peor, duradero. Si cometes algún error al entrenarte a ti mismo, que sea por hacer muy poco en lugar de hacer demasiado.