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Perfecciona tu ritual del día de competencia

Si te has preparado bien durante la semana de carrera, hay pocas cosas que puedan salir mal -al menos físicamente, a la hora de competir. Para ese momento, solo hay que seguir un procedimiento detallado -un ritual- que ya hayas realizado decenas de veces. Una Carrera de Alta Prioridad no es el momento para experimentar con nuevos procedimientos; comienza a desarrollar tu ritual hoy para que el día de la carrera puedas ceñirte a lo que ya sabes que funciona.


Los rituales pre-competencia son importantes porque te permiten operar sin pensar, mientras te preparas mental y físicamente para la carrera que se avecina. El atleta de éxito presenta una actitud confiada, concentrada y profesional durante su ritual previo a la carrera, desde el momento en que despierta hasta que se dispara la pistola de salida. Si aún no tienes un ritual establecido, aprovecha las carreras de baja prioridad en tu calendario para refinar uno que se adapte exactamente a tus necesidades y personalidad. Las siguientes sugerencias pueden ayudarte a lograrlo.


Empieza el día con calma y seguridad. Despierta con el suave sonido de una alarma tenue y no con un timbre estridente. Si tienes el sueño pesado, pídele a tu compañero de cuarto que se encargue de la tarea de despertarse.


Prepara una bebida que te guste y a la que estés acostumbrado, como el té o el café. Esto puede significar que tengas que llevar contigo algún utensilio para calentar agua, quedarte en un hotel que los incluya en las habitaciones o simplemente caminar hasta el lobby donde ya haya café o té preparado.


Desde el momento en que te despiertes, sonríe y repasa pensamientos positivos sobre la carrera y sobre lo bien que te sientes.

Estira ligeramente durante no más de 15 segundos por articulación y respira profundamente. Puedes incluso tomar una ducha caliente para ayudar a calentar tus músculos.


A medida que tu estado de ánimo se vaya volviendo más "optimista", vístete y sigue repitiendo tranquilamente las autoafirmaciones positivas sobre tus bien establecidas capacidades. Reemplaza los pensamientos que te produzcan ansiedad sobre la carrera por pensamientos positivos sobre los éxitos recientes en el entrenamiento. Ten una lista mental de estos preparada y bien practicada.


Resguárdate un poco más de lo que sea necesario para las condiciones meteorológicas que te esperen la mañana de la carrera. Siempre podrás eliminar las capas de sobra. Es mejor que tener frío y te va ayudando con el calentamiento. La capa más interior debe ser tu traje de carrera, apropiado para el clima esperado, pero ve preparado para cambios repentinos. Si el clima es inestable, es posible que quieras llevar ropa de contingencia al lugar de la carrera. Esta podría incluir un impermeable para el segmento de ciclismo, mangas, guantes, medias, etc. Mientras preparas la ropa extra, coloca también un rollo de papel higiénico por si acaso se acaba en los baños portátiles.


Antes de salir de tu habitación, ve al baño. Si tu cuerpo aún no está acostumbrado a evacuar a primera hora de la mañana, comienza a entrenarlo hoy yendo al baño todas las mañanas antes de tu primera sesión de entrenamiento. Una bebida caliente o algo de comida pueden ayudar con esto. Eventualmente se vuelve natural.


Antes de dejar el hotel, solicita al encargado de la recepción que te autorice un "late check-out" -si no lo hiciste al momento de registrarte, de manera que tengas tiempo de regresar a la habitación y ducharte. La mayoría lo permitirá con gusto si el tiempo solicitado es razonable.


Ingiere tu comida pre-competencia idealmente dos o tres horas antes de tener que comenzar tu calentamiento. El propósito de esta comida es reponer las reservas de glucógeno hepático que se hayan agotado durante el ayuno nocturno. Esta debe consistir predominantemente de carbohidratos bajos en fibra, de índice glucémico moderado a bajo, como puré de manzana sin azúcar añadida, comida para bebé o frutas más que todo. Algunos atletas encuentran que, por tener un "estómago nervioso", es mejor para ellos incluir solo líquidos en su comida. Es posible que productos como el Ensure funcionen bien en estos casos. Además de elegir alimentos que sepas que te irán bien, siempre es una buena idea utilizar productos que puedas llevar contigo en los viajes o que estén ampliamente disponibles en supermercados o tiendas de conveniencia.


La cantidad que comes depende de cuánto tiempo falta hasta la partida, el tipo de evento para el que estás entrenando, tu peso corporal y tus experiencias con tu sistema digestivo en los días de carrera o en los días de entrenamiento duro.


Cuanto más tiempo tengas antes de la carrera, más podrás comer. Para Sprint para el que puedas comer una hora antes del calentamiento, por ejemplo, ingiere unas 200 calorías. Cuando te preparas para un 70.3 o un Ironman, necesitas comer más.


Tu ingesta de alimentos, por supuesto, debe haber sido ensayada en el entrenamiento, así como cualquier otro aspecto de la competición.


Para el día de la carrera, conviene no dejar al azar nada de lo que si puedes controlar.

No comas ni bebas nada más después de tu comida pre-competencia, excepto agua, hasta que comiences tu calentamiento. En ese momento puedes comenzar a ingerir una bebida deportiva o un gel de energía.


El calentamiento, por supuesto, debería durar hasta que ya tengas que formarte para tu salida. Si finalizas el calentamiento más de 10 minutos antes de tu hora de inicio, no tomes nada más que agua en el tiempo restante. Si no vas a calentar, guarda la bebida deportiva o el gel hasta 10 minutos antes del inicio de la carrera.


Recuerda salir hacia el sitio de la carrera lo suficientemente temprano previendo un atasco en el tráfico por todos los competidores que se dirigen hacia el área de estacionamiento. También deja suficiente tiempo para hacer la fila para el marcaje -si no se proporcionaron tatuajes en tu kit de competidor, encontrar tu puesto en el rack, preparar tu bicicleta y equipamiento, repasar tu transición, hablar con tus conocidos, visitar los baños varias veces y calentar.


En la zona de transición, coloca tu bicicleta y tu equipamiento como siempre lo haces. No intentes nada nuevo. Familiarízate con los puntos de referencia para tu lugar en la transición, como la ubicación en relación con árboles, postes de luz, marcas en el pavimento u otros marcadores. Camina hasta el final de la natación y el ciclismo, y ubica tu puesto en el rack desde esas perspectivas. Ensaya la mejor ruta desde cada uno de esos puntos hasta tu lugar dos o tres veces.


Refina y disfruta todo el proceso. La carrera ya comenzó el primer día del entrenamiento.

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